el problema de un traje hecho a medida

A veces es bueno tener una aplicación hecha a medida, pero ello conlleva ocuparse eternamente del mantenimiento de la aplicación y la actualización a futuros sistemas operativos (no siempre del todo compatibles), nuevos formatos de archivos, nuevas tendencias de la moda, que también en temas informáticos hay modas y ciclos, gustos y colores.

No todo el mundo puede soportar este esfuerzo, de trabajo y de tiempo, o convietiéndolo al mismo sistema de unidades, de dinero.

La ventaja de utilizar programas comerciales muy extendidos, y en el caso de Excel que además tiene una gran versatilidad, estriba también en que el mantenimiento es cosa del fabricante del programa, que ya se ocupa de que todo funcione bien, por la cuenta que le tiene.

A cambio tenemos que resignarnos a tener funcionalidades que no hemos pedido, como que te cambien las cosas de sitio, o que añadan 16 millones de colores a algo que tampoco aporta gran cosa.

Yo me concentro en hacer lo que sé hacer, y los programadores de Excel se ocuparán de que mis modelos continúen siendo válidos y operativos (a veces, en el peor de los casos, con pequeños ajustes) versión tras versión. Y no pueden bajar la guardia, porque los de Calc están al acecho para captar a los usuarios desengañados.

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